lunes, 19 de marzo de 2012

Etnias Hondureñas

En nuestro país, su población es predominantemente mestiza en un 95%, comparado con otras países del mundo, como África, Asia, Europa y especialmente Norteamérica.

Honduras es un país con población muy homogénea, únicamente cerca del 12.8% de su población pertenece a grupos étnicos nativos que no hablan el español como primera lengua.
De acuerdo con un estudio preparado para la Confederación de Pueblos Autóctonos de Honduras (CONPAH), de abril de 1999, en el país existen nueve pueblos étnicos: Garífuna, Isleños (Negros de las Islas de la Bahía, creoles o caracoles), Lenca, Miskito, Tolupan, Chorti, Pech, Tawahka y Nahuas.
Estos pueblos en conjunto suman cerca de un millón de personas (896,000), equivalente al 12.8% de la población total del país. De esta cantidad el 40% conservan su lengua materna como primer idioma.
Según los estudios realizados por la CONPAH el grupo mayoritario son los lencas con 350,000 personas, seguidos por los garífunas con 250,000 personas los isleños 70,000 los Mismitos 85,000 y otros cinco grupos menores, con 105,000 personas De acuerdo con un segundo estudio de CONPAH, los Lencas serian el grupo con más personas, seguido de los Garífunas.
La mayoría de los grupos indígenas viven principalmente en los departamentos con mayor incidencia de la pobreza, como la paz, Lempira, Intibucá y Gracias a Dios.
En contraste, los garífunas e isleños se concentran en los Departamentos que no muestran mayor incidencia de la pobreza y los mejores índices de desarrollo humano a nivel nacional, como es el caso de Islas de la bahía, Cortes Atlántida, y Colón.
Sin embargo varios estudios señalan que a pesar de la falta de datos, la población étnica pertenece a los grupos más vulnerables del país presentando desigualdad en materia educativa y de salud.
Algunos grupos étnicos ven en aumento las amenazas a sus condiciones tradicionales de vida, a raíz del avance rápido del frente de colonización agrícola ganadera o las actividades forestales ya contratadas.
Además, por los esfuerzos de estos grupos de participar en los avances y logros de la modernización, corren el riesgo de perder su identidad Cultural, sobre todo sus lenguas y valores culturales.
Sin embargo este trabajo se limita exclusivamente a plantear una reseña histórica de cada grupo étnico y la ubicación geográfica de cada uno de ellos.

Situacion Organizacional de la etnias de Honduras

En Honduras, del 12% al 18% de la población nacional pertenece a nueve Pueblos Indígenas y Negros, ubicados en 16 de los 18 departamentos de nuestro país. La riqueza cultural con que contamos define a Honduras como un país multiétnico, plurilingüe y multicultural con distintos orígenes culturales, así pues, se encuentran Pueblos Indígenas con origen mesoamericano (Maya-Chortí, Lenca y Nahua), Circuncaribes, No Mesoamericanos o de Bosque Tropical (Tawahka, Pech, Tolupán), Afro descendientes (Garífuna y Negros de Habla Inglesa), Otras variaciones de mestizaje (Miskitu). Los Pueblos más numerosos son los Lenca y Garífuna. La totalidad de esta población está por debajo de la línea de pobreza. El 60% representa núcleos de población pobre y el 40% restante vive en condiciones de extrema pobreza.
Estos Pueblos ocupan territorialmente, valles, montañas, sistemas lagunares, playas, islas, islotes, cayos, bosques tropicales y sabanas mejor conservados, especialmente ocupan la gran mayoría de las áreas protegidas del país, y que entre ellas se encuentra el Corredor Biocultural Mesoamericano, constituido por La Reserva de Biosfera de Río Plátano, Parque Nacional Patuca y Reserva Tawahka Asangni, representa la segunda zona de reserva de biodiversidad más importante del continente, solo superado por la región amazónica.
Aún cuando no existen en Honduras estadísticas oficiales de ingresos por Pueblos, los mapas de pobreza muestran claramente que los Pueblos Indígenas y Negros están en regiones de alta pobreza y de difícil acceso. La Estrategia para la Reducción de la Pobreza (ERP) establece la necesidad de...

Los Chortis

Según los historiadores Lardé y Larín, los Chortís - por su filiación etnolingüística son descendientes directos de los Mayas, responsables de la cultura de Copán, Quiriguá y demás ciudades australes del viejo imperio.
Los científicos comparten la idea de que los Chortís son de la familia maya y de la rama lingüística chol. Culturalmente y lingüísticamente, los Chortís están emparentados con los chontales de Tabasco y con los choles de Chiapas (México). Los Choles y los Chortís ya se habían separado antes de la conquista española; los primeros se dirigieron hacia el noroeste y los segundos permanecieron en la región original.
Según fuentes antropológicas e históricas, los Chortís son el resultado de la fusión de diferentes pueblos. Los pipiles fueron uno de estos pueblos que influyeron decisivamente en la región pues, por la introducción del mercado, minaron toda la antigua estructura de circulación de bienes reglamentada por costumbres ligadas al parentesco. El signo de esta convivencia entre pipiles y chortís continuó por muchos siglos, al cabo de los cuales estos pueblos fueron absorbidos por la cultura Maya. El aparecimiento del dialecto chortí dentro del idioma chol, fue el resultado del encuentro con otros pueblos.
No se sabe a ciencia cierta si fueron los Chortís quienes edificaron Copán el hecho históricamente cierto y, al mismo tiempo, incuestionable es que, en la época de la conquista castellana (1530) los Chortís habitaban Copán y comarcas circunvalantes y que su Ajav o Rey se opuso tenazmente a las fuerzas expedicionarias que comandaban Hernando de Chávez y Pedro Amalín.
Los estudios recientes reflejan que Copán, como centro cultural fue el asiento de la civilización del antiguo imperio Maya. Los Chortís muy bien pueden ser descendientes directos de la población que habitaba Copán antes de la conquista y su lengua puede ser, en lo fundamental, la misma que se hablaba en el antiguo Copán.
La disminución progresiva de la población Chortí comenzó, al igual que otros pueblos indígenas del país, en el siglo XVI, con el inicio de la colonización, ya que el sistema español de repartimiento y encomiendas afectó seriamente a las poblaciones indígenas. Los malos tratos y los vejámenes cometidos contra los indios por parte de los encomendadores y corregidores, más las enfermedades adquiridas en los trabajos de añil y las epidemias de viruela y sarampión, provocaron considerables estragos en las comunidades indígenas.
En Guatemala, los Chortí en su mayoría son bilingües, chortí-español, a excepción de algunas mujeres ancianas que solo hablan chortí. En Honduras los chortís se ubican principalmente en el departamento de Copán; la lengua se ha perdido y han adoptado en un 100% la lengua española. Según datos extraoficiales la población chortí de Guatemala, donde se ubica el centro cultural de este grupo, se estima actualmente en unos 55000 individuos. En el lado hondureño, además de la lengua, han perdido también el traje tradicional y gran parte de su cultura; todo lo contrario a los chortís guatemaltecos que lo lucen a diario y han logrado preservar mucho de su cultura ancestral. Sobre la base de esto nombraremos a los chortís hondureños: campesinos de tradición chortí. En Honduras su población se aproxima a los 4200 habitantes localizados principalmente en el departamento de Copán.
El Aspecto Religioso
Entre los campesinos de tradición chortí, las ideas religiosas no son necesariamente un reflejo fiel del pasado indígena. Al momento de la conquista, los españoles exterminaron sistemáticamente a los representantes de la clase sacerdotal, quienes se llevaron a la tumba innumerables secretos y un conocimiento profundo de su antigua religión. Los que sobrevivieron, son los que mezclaron sus antiguas creencias religiosas con elementos de la religión católica.

Los Garifunas

De acuerdo a fuentes históricas, en 1655 naufragaron frente a las costas de la isla San Vicente dos buques españoles que transportaban esclavos desde África. Los africanos náufragos se refugiaron en el terreno montañoso de la isla. Los documentos británicos que registran el evento, mencionan otro naufragio ocurrido años mas tarde, en 1675; durante la misma época comenzó la fuga de esclavos desde las islas vecinas hacia San Vicente, especialmente desde las plantaciones coloniales de Barbados. San Vicente y Dominica se convirtieron en territorios neutrales en manos de los caribes.

Los recién llegados africanos convivieron con los caribes insulares a cuya sociedad se integraron parcialmente participando, inclusive de las incursiones guerreras de aquellos. En pocos años adoptaron sus costumbres, estructuras familiares y su lenguaje, el igñeri. Los europeos que se establecieron paulatinamente, trajeron más africanos como esclavos para que realizaran la mayor parte del trabajo, especialmente agrícola. Los Caribes isleños opusieron resistencia en defensa de sus islas pero solamente lograron conservar dos, Dominica y San Vicente conocida en aquel entonces bajo los nombres de Yolome o Yurume.

Los europeos en su afán por consolidarse en la región, continuaron atacando poblados, con frecuencia haciendo cautivos, en su mayoría africanos, que luego eran puestos a trabajar como esclavos. Muchos de los africanos, adoptaron la forma local de vida, tomaron mujeres caribes por esposas y establecieron sus propias familias. Algunas de las costumbres africanas se preservaron y se mezclaron con las costumbres caribes. Como producto de esta unión se origina una población nueva, que comenzó a competir por la tierra y el poder con los caribes.

Actualmente, en Honduras, Guatemala y Belice, se les conoce como Garífunas y en la isla de Dominica como Karaphuna, la cual se acerca más a la palabra original con la que se les denominaba. Mas correctamente, se llaman Garinagu.

Los lencas

Existe polémica sobre la descendencia y origen de los Lencas. Sin embargo, de acuerdo a Barón Castro, los Lencas son los restos directos de los Mayas que no siguieron el éxodo que dio fin al antiguo imperio Maya. A la llegada de los españoles, su población se encontraba ubicada en la parte que hoy comprenden las repúblicas de El salvador y Honduras.

En la actualidad se sabe muy poco sobre las lencas prehispánicos pero según relatos y escritos de los cronistas, sacerdotes, gobernadores e historiadores, se sabe que los lencas, antes de la llegada de los españoles, eran el pueblo más extendido que habitaba la actual república de Honduras. Ocupaban parte de occidente, centro y sur del país habitando poblados con un tamaño promedio de 350 casas. No fueron poseedores de grandes centros ceremoniales y se caracterizaron por practicar una agricultura basada en el cultivo del maíz y los frijoles, a un ritmo de 3 cosechas al año y por sus prácticas culturales, como la molienda del maíz cosido con ceniza y las fiestas religiosas periódicas. Por otra parte, cierto tipo de auto sacrificio humano testimonia la afinidad del pueblo lenca con las culturas mesoamericanas.

En 1853 el viajero e investigador E.G. Squier escuchó que los indios de Guajiquiro (La Paz) llamaban a su lengua "lenca" y al encontrar coincidencias lingüísticas con otros pueblos del mismo departamento, acuño el vocablo "lenca" para identificar a éstos y a los demás indígenas del occidente, así se origino el nombre Lenca para identificar a este pueblo.

Los Care, Cerquin, Potón y Lenca; eran poblaciones que, si bien es cierto estaban aislados por grandes distancias, se mantenían unidas por lazos culturales y una historia en común. A cada grupo le correspondía un territorio bien delimitado, repartido en cacicazgos. La población bajo el mando de un cacique se organizaba en pueblos. Al momento de la Conquista había por lo menos 500 poblados. Existía una casta sacerdotal, una de nobles y de guerreros. Las guerras eran frecuentes entre los diferentes señoríos. Pero entre los que hablaban la misma lengua, ósea los cuatro grupos principales, hacían pactos temporales de paz, vestigio de los cuales ha llegado hasta hoy la tradición del Guancasco.

Los Mayas


 
Maya, grupo de pueblos indígenas que pertenecen a la familia lingüística maya o mayense y que tradicionalmente han habitado la parte occidental del istmo centroamericano, en los actuales estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo (península de Yucatán), Tabasco y este de Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en algunas regiones de Belice y Honduras, zona comprendida en Mesoamérica. Los mayas no conformaron una cultura homogénea, ya que los distintos grupos, al parecer un total de 28, tenían su propia lengua, aunque todos ellos compartían los ámbitos económico, artístico, religioso e intelectual.



El pueblo maya ocupó un vasto territorio: 900 km de norte a sur, desde la costa norte de Yucatán hasta la del Pacífico, y 500 km de noreste a suroeste, entre la desembocadura del río Usumacinta y el golfo de Honduras. Se distinguen, al menos, tres grandes zonas, cada una de ellas caracterizada por formas culturales específicas y una trayectoria histórica definida: las Tierras Altas de Guatemala y El Salvador, en la costa del Pacífico; las Tierras Bajas del Sur, en los actuales estados de Tabasco, noreste de Chiapas y sur de Campeche, y las Tierras Bajas del Norte, la actual península de Yucatán.

 
Desde un punto de vista histórico, la civilización maya comprende tres periodos: el periodo preclásico o formativo, que comenzó, cuando menos, hacia el 1500 a.C.; el periodo clásico, que duró entre el 300 y el 900 d.C.; y el periodo posclásico, desde el 900 hasta la llegada de los españoles a principios del siglo XVI. Éstos se dividen a su vez en antiguo, medio y reciente, y existen otras subdivisiones suplementarias, como protoclásico, clásico tardío o protohistórico.
Durante el preclásico, la costa del Pacífico y las tierras altas desarrollaron la herencia olmeca; los contactos entre ambas culturas es evidente en la construcción de grandes edificios al comienzo de su historia. Sin embargo, fue en el periodo clásico cuando comenzó el esplendor y el progreso de esta civilización. Se construyeron grandes centros ceremoniales como Uaxactún y Tikal (Petén, Guatemala) y los mayas extendieron su influjo por las tierras bajas centrales y meridionales, donde construyeron otras ciudades como Palenque y Yaxchilán (Chiapas, México), Quiriguá (Guatemala) o Copán (Honduras). Estos centros fueron abandonados por razones todavía no comprobadas a mediados del siglo IX, aunque se cree que fueron factores de tipo cultural: riesgos de graves hambrunas, fragmentación política, interrupción de las redes comerciales, guerras e invasiones. Algunos de sus habitantes decidieron emigrar al norte de Yucatán.
Se inició así el periodo posclásico, en el que a partir del siglo XI se hizo presente la influencia de los toltecas, con la migración de los itzáes, procedentes del valle de México, una influencia que afectaría especialmente al gran centro ritual de Chichén Itzá. Por entonces se consolidó la Liga de Mayapán, alianza de los jefes de esta ciudad y los de Chichén Itzá y Uxmal, liga que dominaría la península de Yucatán durante dos siglos. Durante algún tiempo se preservó la paz, pero tras un periodo de guerra civil y de revolución, las ciudades fueron de nuevo abandonadas. Sólo quedó Mayapán, que continuó ejerciendo una clara hegemonía sobre los pequeños señoríos independientes que se habían formado.
Los primeros contactos de los mayas con los españoles tuvieron lugar en el año 1511, cuando desembarcó en sus costas Jerónimo de Aguilar. Posteriormente, en 1517, Francisco Hernández de Córdoba navegaría por la costa de Yucatán.



Calendario Maya

En las antiguas civilizaciones de Meso América era común el desarrollar calendarios muchos de ellos escritos precisos que les ayudaban en su diario vivir permitiéndoles controlar, desde un nacimiento hasta las actividades agropecuarias regidas por las mareas y la luna, de todos los calendarios desarrollados contamos con el de los Mayas que para ese entonces era en más sofisticado.

En la civilización Maya en Calendario Fue el centro de su vida y su mayor logro cultural. Su precisión deriva del hecho de que se basa en una cuenta continua e ininterrumpida de los días (llamados Kin en maya) a partir de un día cero inicial.

Los mayas también sentián la necesidad de marcar fechas importantes una de ella es donde ubican el nacimiento del mundo en el día 13 de agosto de 3114 antes de Cristo.

El conocimiento ancestral del calendario guiaba la existencia de los mayas a partir del momento de su nacimiento y era muy poco lo que escapaba a la influencia de los calendarios. Sabemos que los mayas llevaban varias cuentas de calendarios independientes de los Kin que estaban sincronizadas, siendo las de 260 y 365 días las más importantes. Las cuentas mayas de los días se escriben combinando números con glifos. Los primeros veinte números mayas se escriben así:


 

EL CALENDARIO DE 260 DIAS - TZOLKIN

El calendario Tzolkin de 260 días es el más usado por los pueblos del mundo maya. Lo usaban para regir los tiempos de su quehacer agrícola, su ceremonial religioso y sus costumbres familiares, pues la vida del hombre maya estaba predestinada por el día del Tzolkin que correspondía a la fecha de su nacimiento. Esta cuenta consta de los números del 1 al 13 y 20 nombres para los días representados asimismo por glifos individuales. Al llegar al decimocuarto día, el número del día regresa al 1 continuando la sucesión del 1 al 13 una y otra vez. El día 21 se repite la sucesión de los nombres de los días y así sucesivamente. Ambos ciclos continúan de esta manera hasta los 260 días sin que se repita la combinación de número y nombre pues 260 es el mínimo común múltiplo de 13 y 20. Después el ciclo de 260 días a su vez se repite. Los glifos y los nombres de los Kin o días son:

 

EL CALENDARIO DE 365 DIAS - HAAB

El calendario llamado Haab se basa en el recorrido anual de la Tierra alrededor del Sol en 365 días. Los mayas dividieron el año de 365 días en 18 "meses" llamados Winal de 20 días cada uno y 5 días sobrantes que se les denominaba Wayeb. Cada día se escribe usando un número del 0 al 19 y un nombre del Winal representado por un glifo, con la excepción de los días del Wayeb que se acompañan de números del 0 al 4. Los glifos y nombres de los Winal o meses mayas son:

 

EL CICLO DE 18,980 DÍAS - LA RUEDA CALENDARICA

La combinación de los calendarios de 260 y 365 días crea un ciclo mayor de 18,980 días (el mínimo común múltiplo de 260 y 365), a esta combinación se le ha llamado la Rueda Calendárica. Sus cuatro elementos (numeral-glifo Kin y numeral-glifo Winal) juntos solo se repiten cada 18,980 días. Una gran cantidad de monumentos mayas solamente registran la fecha de la Rueda Calendárica. Aquí se ven los cuatro elementos de la Rueda Calendárica para el Wuinal maya llamado Pop que corresponde a las fechas del 7 al 26 de abril del año 2000 y el primer día del siguiente Winal maya llamado Uo.

 

Los Misquitos

La población misquita es descendiente de las tribus Chibchas, quienes vivieron en los bosques bajos del norte de América del Sur antes de la llegada de los europeos. El nombre misquito, posiblemente provenga o este relacionado al "mosquete" que era el fusil introducido por los ingleses y que se negociaba en aquella costa.
El origen de los misquitos como grupo étnico, no está claro. Los misquitos mismos y muchos estudiosos consideran que ellos siempre han sido misquitos. Algunos autores coinciden en que el pueblo misquito surgió en el siglo XVII, de una mezcla social y biológica de bawinkas, tawahkas (sumos), africanos y europeos.
Linda Newson afirma que no existen referencias a los misquitos y al parecer éstos surgieron a inicios del período colonial, emergiendo durante el siglo XVII. La referencia más temprana a los misquitos según Newson, la hace el bucanero Exquemelin, quien, en 1672, observó que formaban una pequeña nación de 1600 a 1700 habitantes. En 1681, Dampier, haciendo un estimado más conservador, observó que, No son más que una pequeña nación o familia, y no hay 100 hombres de ellos en número, habitando la tierra firme al norte, cerca del cabo Gracias a Dios; entre el cabo Honduras y Nicaragua.
Se ha sugerido, y parece probable, que los mosquitos sean un grupo puramente histórico que se origino en la mezcla de indígenas Sumos con negros que naufragaron en los Cayos Mosquitos en 1641.
En 1711, el Obispo de Nicaragua describió así el origen de los "Zambos ó Misquitos":
"En el año de 1641 se perdió un navío cargado de negros en la costa del mar del norte y en la parte entre la boca del Río San Juan, provincia de Nicaragua y la ciudad de Trujillo provincia de Honduras... recogiéndose la tercera parte de los negros y los demás se retiraron y guarecieron entre las malezas de aquellas montañas ocupadas por indios caribes que celosos y recelosos de aquellos nuevos huéspedes le hicieron guerra entre sí muy cruda, vencieron con el tiempo los negros a los caribes, retirándose estos montaña adentro hacia las tierras de Segovia y Chontales... quienes hoy en día tienen fiera enemistad con ellos... Con las mujeres de los vencidos se fueron multiplicando los vencedores, y por que ya murieron aquellos primeros huéspedes se llaman hoy sus descendientes zambos por ser hijos de negros y de indios."
Existe alguna evidencia biológica que apoya el origen racial mixto propuesto para los misquitos. En un examen de los grupos sanguíneos de indígenas tawahkas y misquitos de la zona del Río Segovia, Matson y Swanson encontraron que, mientras todos los Sumos pertenecen al grupo "O", la distribución de grupos sanguíneos entre los misquitos era de 90% "O", y el porcentaje restante de los tipos "A y B".
La próxima asociación entre los tawahkas y los misquitos puede verse en sus leyendas y lenguajes. Por ejemplo, una leyenda tawahka relata cómo los antepasados tribales, Mai-Sahana y Yapti-Misri, nacieron de una gran roca cerca del Río Patuca y luego dieron a luz a los misquitos, tawahka y ohlawa. Similarmente, la lengua misquita es más parecida al dialecto Bawihka del Tawahka. Sin embargo, sus mínimas variantes dialectales en comparación a los Sumos, cuyos dialectos varían tanto, que los distintos subgrupos encuentran dificultad para la comunicación, sugiere su origen más reciente. Además el dialecto de los misquitos tiene un mayor número de extranjerismos, especialmente del español y del inglés, existe alguna muestra, aunque leve de influencia africana.
De su origen localizado cerca del Cabo del Gracias a Dios, los zambos-misquitos se dispersaron a lo largo de la costa, desplazando y dominando a otros grupos indígenas, especialmente a los Payas y Tawahkas. Esta etnia fue extendiendo sus dominios a lo largo de la costa caribeña y aumentando su número también. En 1774, Long reportó que los Mosquitos eran más numerosos cerca del cabo de Gracias a Dios, especialmente río arriba por el Wanks, y alrededores de Sandy Bay, donde reside su rey?. Igualmente, había diferencias espaciales en la composición racial de los zambos-misquitos, siendo más fuertes la influencia negra al norte del cabo de Gracias a Dios y Sandy Bay, y la influencia indígena más dominante hacia el sur.

Los Pech o Payas

Se han realizado pocos estudios sobre este pueblo indígena. En la época precolombina, vivían en la parte central de la Mosquitia. Hondureña y en el noroeste del departamento de Olancho y hasta la ultima mitad del siglo XVII, ocupaban toda la comarca entre los ríos Aguán, Patuca y el mar; eran además dueños del litoral de la región desde Caratasca hasta el cabo Gracias a Dios, frontera con Nicaragua.
Lehmann y otros creen que las Islas de la Bahía también estuvieron ocupadas por los pech. Fundamentan esta propuesta en que, en 1622, indígenas de las Islas de la Bahía fueron utilizados como intérpretes por una expedición misionera entre los Pech de tierra firme. Además, Stone y Epstein sugieren que los artefactos encontrados en las Islas de la Bahía son similares a los encontrados en territorio Pech en tierra firme. Parece ser que las Islas de la Bahía estaban habitadas por los Pech y por comerciantes Mayas, cuya presencia allí ya ha sido señalada.
Los indígenas Pech también han sido llamados payas, poyers y pahayas, denominaciones que son rechazadas por los miembros de esta etnia, por hacer alusión a bárbaro, salvaje, incivilizado (así eran nombrados por los conquistadores españoles). Ellos se autodenominan "Pech" que significa "Gente", término que es usado para referirse solamente a ellos; para el resto de la población utilizan los términos pech-akuá (la otra gente) o bulá que quiere decir ladino. Lehmann y Greenberg consideran que la lengua pech deviene del Chibcha, aunque algunos otros lingüistas la consideran como una legua aislada.
En la actualidad la mayoría de la población pech se ha mezclado en cierto grado con los misquitos y como resultado, están enfrentando la pérdida de su lengua y cambios significativos en su organización social.
Durante el siglo XVI la región habitada por los pech formaba parte de la provincia de Varaguas o de Cartago, que se extendió desde Panamá hasta el cabo Gracias a Dios. Posteriormente, La Mosquitia. fue constituida como parte de la provincia de Tegucigalpa. Según estudios realizados, los conquistadores tardaron mucho tiempo en penetrar el área pech. La primera expedición se llevó a cabo en 1564 pero, debido a la fuerte oposición de los indígenas, se llegó a la conclusión de que solo mediante la religión se podría conquistar la zona.

Tolupanes o Xicaques

 

Durante el siglo XVI, el término Jicaque (a veces escrito Xicaque o Hicaque) parece haber sido utilizado por los mexicanos para designar a los habitantes originales no-mexicanos de Honduras, luego fue aplicado más ampliamente a cualquier grupo no-converso u hostil de la zona hacia el sur, hasta Nicaragua y Costa Rica. A pesar de la confusión en el uso de los términos Xicaque y Jicaque, Greenberg y Swadesh han identificado el Jicaque como una lengua distinta perteneciente al tronco lingüístico Hokan-Sioux. El término Jicaque o Xicaque, como en la actualidad se determina este grupo, tiene también denominaciones como la de "tol", tolupán, torrupán. Actualmente en Honduras se usa el termino tolupán, para definir a este grupo étnico.

Si retrocedemos en el tiempo, encontramos que este grupo tenía como frontera el Valle de Sula. Evidencias lingüísticas del siglo XVI, muestran que el Valle de Sula era punto de reunión entre los mayas y tolupanes, cuya cultura era menos compleja que la de los mesoamericanos (los mayas) y típico de los pueblos centroamericanos (todos los que no eran mayas).

La ubicación de los tolupanes en el inicio de la colonización española esta sujeta a discusión. Los cálculos más conservadores los ubican desde la desembocadura del río Ulúa hasta las inmediaciones de Trujillo, haciendo de frontera hacia el interior del país (aproximadamente) lo que hoy son los limites norteños de los departamentos de Comayagua, Francisco Morazán y Olancho. Por los rasgos históricos y etnográficos disponibles, se deduce que los tolupanes durante la época prehispánica, constituían un grupo cazador-recolector que se dispersaba por una amplia región y que su re-plegamiento hacia las zonas más abruptas del interior de la plataforma del caribe de Honduras se debe a la captura y explotación de que fueron objeto por parte de los conquistadores.

Mientras culturalmente, los tolupanes se parecían a los sumos, payas y misquitos, diferían de ellos lingüísticamente... Chapman, citando al lingüista Bright, asegura que representan uno de los mayores enclaves sureños del tronco Hokan. Los antropólogos y lingüistas que han estudiado la lengua, torrupán, entre ellos la antropóloga Chapman, le calculan 5000 años de antigüedad. Ellos relacionan la lengua tolupán (torrupán) con la familia norteamericana Hokon-Sioux. Sin embargo, la discusión sobre el origen de esta lengua no parece estar cerrada. Por otra parte, se han entablado polémicas sobre el origen de los tolupanes y, tomando en consideración sus rasgos lingüísticos, los sitúan emparentados con la familia Chibcha-Penutia, de origen sudamericano; o simplemente afirman que se trata de una lengua independiente y aislada. De lo que no cabe duda, a partir del dato lingüístico, es que nos encontramos con un grupo indígena antiguo, muy anterior a la civilización maya que supo, en medio de las transformaciones culturales del entorno mantener cierta identidad hasta épocas recientes.

En medio de todo este panorama histórico etnográfico, lo que podemos decir es que los tolupanes padecieron de un modo especial las primeras etapas de la conquista españoles caracterizada en Honduras por un fuerte tráfico de esclavos hacia las islas mayores del caribe y por el trabajo forzado. La persecución que se desató contra ellos durante la colonización los obligó a refugiarse en las selvas y montañas de la región centro-norte del país, manteniéndose dispersos y alejados del resto de la sociedad, lo que hizo que los tolupanes se convirtieran en casi nómadas y no lograran desarrollar una arquitectura propia. A través del tiempo han tenido que adaptarse a lo que las circunstancias les han presentado. Originalmente vivieron a la orilla del mar, a la orilla de ríos, luego huyeron tierra adentro y, por último, emigraron a las montañas.