lunes, 19 de marzo de 2012

Los Mayas


 
Maya, grupo de pueblos indígenas que pertenecen a la familia lingüística maya o mayense y que tradicionalmente han habitado la parte occidental del istmo centroamericano, en los actuales estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo (península de Yucatán), Tabasco y este de Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en algunas regiones de Belice y Honduras, zona comprendida en Mesoamérica. Los mayas no conformaron una cultura homogénea, ya que los distintos grupos, al parecer un total de 28, tenían su propia lengua, aunque todos ellos compartían los ámbitos económico, artístico, religioso e intelectual.



El pueblo maya ocupó un vasto territorio: 900 km de norte a sur, desde la costa norte de Yucatán hasta la del Pacífico, y 500 km de noreste a suroeste, entre la desembocadura del río Usumacinta y el golfo de Honduras. Se distinguen, al menos, tres grandes zonas, cada una de ellas caracterizada por formas culturales específicas y una trayectoria histórica definida: las Tierras Altas de Guatemala y El Salvador, en la costa del Pacífico; las Tierras Bajas del Sur, en los actuales estados de Tabasco, noreste de Chiapas y sur de Campeche, y las Tierras Bajas del Norte, la actual península de Yucatán.

 
Desde un punto de vista histórico, la civilización maya comprende tres periodos: el periodo preclásico o formativo, que comenzó, cuando menos, hacia el 1500 a.C.; el periodo clásico, que duró entre el 300 y el 900 d.C.; y el periodo posclásico, desde el 900 hasta la llegada de los españoles a principios del siglo XVI. Éstos se dividen a su vez en antiguo, medio y reciente, y existen otras subdivisiones suplementarias, como protoclásico, clásico tardío o protohistórico.
Durante el preclásico, la costa del Pacífico y las tierras altas desarrollaron la herencia olmeca; los contactos entre ambas culturas es evidente en la construcción de grandes edificios al comienzo de su historia. Sin embargo, fue en el periodo clásico cuando comenzó el esplendor y el progreso de esta civilización. Se construyeron grandes centros ceremoniales como Uaxactún y Tikal (Petén, Guatemala) y los mayas extendieron su influjo por las tierras bajas centrales y meridionales, donde construyeron otras ciudades como Palenque y Yaxchilán (Chiapas, México), Quiriguá (Guatemala) o Copán (Honduras). Estos centros fueron abandonados por razones todavía no comprobadas a mediados del siglo IX, aunque se cree que fueron factores de tipo cultural: riesgos de graves hambrunas, fragmentación política, interrupción de las redes comerciales, guerras e invasiones. Algunos de sus habitantes decidieron emigrar al norte de Yucatán.
Se inició así el periodo posclásico, en el que a partir del siglo XI se hizo presente la influencia de los toltecas, con la migración de los itzáes, procedentes del valle de México, una influencia que afectaría especialmente al gran centro ritual de Chichén Itzá. Por entonces se consolidó la Liga de Mayapán, alianza de los jefes de esta ciudad y los de Chichén Itzá y Uxmal, liga que dominaría la península de Yucatán durante dos siglos. Durante algún tiempo se preservó la paz, pero tras un periodo de guerra civil y de revolución, las ciudades fueron de nuevo abandonadas. Sólo quedó Mayapán, que continuó ejerciendo una clara hegemonía sobre los pequeños señoríos independientes que se habían formado.
Los primeros contactos de los mayas con los españoles tuvieron lugar en el año 1511, cuando desembarcó en sus costas Jerónimo de Aguilar. Posteriormente, en 1517, Francisco Hernández de Córdoba navegaría por la costa de Yucatán.



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